martes, 18 de marzo de 2014

Mirada de un domingo cualquiera

Mirada de un domingo cualquiera.
La paz que transmite, sosiego genera.
A la caída de la tarde el problema llega.
Esa mirada comienza a brillar.
Al desahogarse su lágrima primera;
su rostro marcado deja
como si del cauce de un río se tratara.
Lágrima del mar salado, lágrima salada
que a la orilla de sus labios queda anclada.
Esas lágrimas de preocupación generada:
"pues no vuelvo a verte hasta la próxima semana."
Esas lágrimas me acerco a limpiar,
con un solo beso... y amor eterno comienza a brotar.
Su cara sonríe, de nuevo me alegro
cariño, no estés triste, pues, ya queda menos.
Y tras esa sonrisa, vuelve a derrochar y transmitir
paz y sosiego ¿qué cosa, alma mía,
pudiera hacerme más feliz que verte bajo mi cielo?



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